8 oct 2007

El poder soft de la Unión Europea a falta de un consistente aparato militar

En la actualidad se puede definir el sistema internacional como uni-multipolar, en donde Estados Unidos goza de su momento unipolar, frente a un orden multipolar en materia política económica. Esa realidad no hace que desaparezca la desigualdad que caracteriza al sistema internacional, en el cual las capacidades materiales definen qué posición se juega en el mundo. En este sentido la Unión Europea aún no se constituye como un polo efectivo de poder, ya que necesita fortalecer su política exterior común (seguridad y defensa) y aparecer internacionalmente como un bloque cohesionado económicamente. Asimismo, los europeos parecen estar preocupados por la política de Bush en Medio Oriente y su incondicional apoyo a Israel en desmedro de los palestinos. Sin embargo, el grado de unidad europeo presenta ciertas inquietudes en función del fuerte sentimiento de arraigo nacional en las identidades de los países que se han integrado, la falta de una cultura estratégica común, su falta de recursos militares, los intereses nacionales no siempre parecen coincidir. Estas características presentan a una Unión Europea débil que no es rival para Estados Unidos o por lo menos no representa mayor amenaza al liderazgo estadounidense. Ejemplo de ello ha sido la diferente postura tomada por grupos de países europeos ante su adhesión o no a la coalición norteamericana en la reciente intervención en Irak.



El apoyo estadounidense a la integración europea siempre ha sido condicionado a que ésta tome lugar dentro del marco de una comunidad atlántica dominada por los norteamericanos. Estados Unidos nunca ha querido una Europa Occidental de igual poderío, así que le conviene mantener divididos a los europeos, porque tal Europa podría ejercer su autonomía de maneras que colisionen con los intereses estadounidenses. La negativa de Estados Unidos a firmar los Acuerdos de Kioto, el Tratado sobre la Biodiversidad y la Nueva Convención sobre Armas Biológicas, así como su retiro del Tratado sobre Misiles Antibalísticos, y pasar por encima del Consejo de Seguridad de la ONU y actuar unilateralmente en Irak terminaron por convencer a muchos europeos de que el gobierno norteamericano está irremediablemente influenciado por una visión hobbesiana del mundo y que probablemente no cambiará nunca esa orientación. Los europeos están profundamente interesados en devaluar y finalmente erradicar las leyes brutales de un anárquico mundo hobbesiano, está a la búsqueda de un orden mundial basado en la idea kantiana de la paz perpetua


No es de sorprender entonces que Estados Unidos tratará de obstaculizar los intentos de la Unión Europea tendientes a la unidad política y la autosuficiencia estratégica. Tal es el caso del apoyo y la interferencia estadounidense para la incorporación de Turquia en la Unión Europea, pero para esta, Turquía necesita revisar tanto sus políticas como su sistema básico por no llenar las condiciones de entrada debido a su política económica, política con la etnia minoritaria y asuntos jurídicos y, en particular, su actitud con los kurdos reflejan las diferencias entre la UE y Turquía sobre los derechos humanos y los valores. Con la afiliación de ese país, la UE extenderá su frontera hasta el Medio Oriente, región considerada en general como extremadamente peligrosa. Si Turquía se involucra en un conflicto allí en el futuro, la UE no podría quedarse de brazos cruzados. A causa de su política exterior establecida y de su capacidad limitada, la UE encontraría difícil ejercer influencia en otros campos que no sean políticos, diplomáticos y económicos. La verdadera prueba consistirá entonces en ver si los Estados miembros de la Unión Europea están en condiciones de asegurar una presencia militar capaz de mantener la paz en el mundo y de adoptar una política externa lo suficientemente unitaria como para hablar en nombre de toda la población del continente.

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